Los hombres son gilipollas –
o quizás budas que esperan
despertarse en su lugar.

La suciedad cubre los corazones
de los seres humanos –
pero también tenemos la capacidad
de aprender y empezar de nuevo.

    Los seres humanos tienen mucha basura    
en sus cerebros
Sin embargo, todavía tenemos
una semilla de grandez
a que no debe ser despreciada.

¿Cómo podemos juzgar a nadie más?
¿No deberíamos centrarnos en limpiar
nuestra propia porquería
y reconocer nuestras propias
locuras como un comienzo?



Tara: No puedo decidir si este poema está expresando nada profundo o no.
José: (rascándose la nariz) Los poemas no "dicen" nada; el modo en el que nos acercamos a ellos es primordial.
Maya: (tose) ¡Cuac! ¡Cuac! Ah, discrepo. El autor quiere intenta decirnos algo, pero reconoce que no hay interés.
Raúl: (bostezando). . . estoy aburriendo. ¿Podemos girar la página?